Mi madre tenía 8 años. Le regalaron un paraguas de gotitas rosas. Ella tenía muchas ganas de estrenarlo.
Un día amaneció lloviendo. Mi madre estaba muy contenta porque lo iba a utilizar. Cuando salió de casa para ir al colegio llovía mucho y hacia mucho viento.
Como mi madre iba andando el paraguas nuevo se le rompió y ella se puso triste.
Fue en el mes de Marzo y Abril que llovió mucho y se desbordó el río. Llegó a la altura del puente del ferrocarril llegando al paso nivel y derrumbó dos puentes de un canal de riego y prohibieron el paso de trenes por el puente . Han sido las riadas más grandes que se han conocido en el pueblo.
Después a los pocos años se asombró todo el pueblo de que se secara el río durante el periodo de verano porque nunca se ha secado el Guadalquivir. Después hubo dos o tres riadas más.
El día más caluroso en lo que iba de verano llegaba a su fin y un silencio “amodorrante” se extendía sobre las grandes y cuadradas casas de Privet Drive.
Los coches, normalmente relucientes, que había aparcados en las entradas de las casas estaban cubiertos de polvo y las extensiones de césped estaban secan porque se había prohibido el uso de mangueras debido a la sequía.
Mi abuela se quedó muy chica sin padre y se crió con su abuela porque su madre tenía que ir a trabajar al campo y no se podía quedar sola para darle de comer.
Iba al colegio y aprendió a leer y escribir y luego sus abuela le enseñó a coser, a bordar , a cocinar y hacer las tareas de la casa.
Era una niña que le gustaba mucho jugar con sus amiguitas a la comba, a la pelota ,… hasta que fue creciendo y conoció a mi abuelo. Se casaron y tuvieron seis hijos . Y fueron muy felices.
Mi abuela Dolores le gustaba mucho ir al colegio pero en aquella época solo pudo estar en el colegio hasta los nueve años.
Eran ocho hermanos. Sus padres tenían tierras y los sacaron del colegio para ir a trabajar y se tenían que levantar muy temprano.
Estaban trabajando hasta por la tarde y todos los días hasta que cada uno se hizo mayor y se fue casando.
Mi bisabuelo Antonio, padre de mi abuela, antes de la guerra se vino a Sevilla con sus tres hermanos.
Uno se llamaba Pepe, otro Paco y otro Juan y dejó en Bilbao a una hermana en el colegio interna.
Se vinieron andando los tres a Sevilla y cuando se fue a casar su hermana tuvo que ir a darle el permiso. Luego conoció a mi abuela Mercedes, se casaron y tuvieron seis hijos.
Esta es la historia de mi abuelo.
Erase una vez una mujer que se llamaba Maribel. Un día había una batalla en la ciudad . Maribel se desmayó y Jose Manuel la salvó.
Se casaron y tuvieron tres hijos que se llaman María, Natalia y Jose Manuel.
Y vivieron felices para siempre.
Venían mi padre y un amigo del campo montados en una moto. Mi padre conducía y el amigo detrás. Al pasar por una zona de corrales un enorme mastín comenzó a ladrar y a correr detrás de la moto.
El amigo de mi padre se puso de pié en el portamaletas de la moto del susto y mi padre gritaba: - ¡ Fuera! ¡ Fuera! ¡Hasta las venas del cuello se le hinchaban de los gritos que pegaba! El perro seguía ladrando detrás de la moto. Menos mal que por fin pudieron escapar.
Ahora, que han pasado muchos años, cada vez que mi padre lo cuenta nos reímos mucho. ! Mira que si le llega a morder el perro al amigo de mi padre en el trasero!.
Mi madre y mi tío Jacinto estaban jugando al escondite y se escondieron en un viejo coche abandonado. Como llevaban mucho tiempo escondidos ya mis abuelos Anacleto y Josefa empezaron a buscarlos en unos canales creyendo que se habían ahogado. También los buscaron en Los Rosales,…..
Mi tío Jacinto y mi madre ya sabían que los estaban buscando, pero no querían salir porque les iban a pegar de la preocupación.
Mis abuelos siguieron buscándolos hasta que un policía los vió dormidos en el coche.
Cuando mis abuelos los vieron les dieron muchos besos.
Esta es la historia de mi abuela. Cuando ella nació no estaba su padre porque había una guerra. Ella no conoció a su padre hasta que no tenía dos años. Entonces su madre tenía que cuidar a ocho hijos sola y no había ni lavadoras, ni tele, ni radio,….
Solo estaban ellos juntos y la casa tenía solo una habitación .Para separar a los niños de las niñas se ponía una cortina.
Mi bisabuelo era minero y trabajaba bajo tierra picando carbón.
LA HISTORIA DE MI ABUELA
Cuando mi abuela estaba en la calle le preguntó una mujer - ¿Cuándo viene la cigüeña? – Ya mismo. Le respondió. Y cuando mi abuelo estaba cogiendo la leche nació mi madre el día 6 de Julio de 1963 a las 10´30 horas.
Mi abuelo jugaba a la piola, al tronco, a las bolas, al escondite y a la comba.
Las casas eran de paja. Comida había un montón. Sillones de madera y de enea. Había dos mesas. Radio de galenas por antena de alambre. Las paredes eran de pintura y de piedras. Los techos de vigas de madera.
A mi abuela cuando era pequeña también escribía cartas a los Reyes pidiendo juguetes. Como en aquellos tiempos su familia era muy humilde su padre le hacía la ropa.
A mi abuela le hacia mucha ilusión los caramelos que eran de azucarillo y los había guardado su padre muchos días tras tomarse el café amargo.
Hace nueve años nos fuimos a Jaén a coger aceitunas . Fuimos un montón de familias y llegamos al pueblo de Villanueva. Cuando llegamos al campo el dueño del cortijo no estaba y nos quedamos en la calle a dormir. Mi abuelo hizo una candela muy grande . Mi madre estaba embarazada de mí y tenía que dormir también en la calle con mi padre, mi tío, mi abuela y mi abuelo.
Al día siguiente nos fuimos al cortijo y mi madre se quedaba en el cortijo mientras todos se iban a trabajar mi madre empezó a darle dolores de parto y nací yo.
Erase una vez un matrimonio que tenía un niño muy chiquitito, tan chico que le llamaban Garbancito.
Un día la madre tenía que ir a la tienda a por azafrán para la comida y le dijo a su hijo: - ¡Garbancito, quédate aquí en casa que voy a la tienda! Y dice Garbancito : – ¡Yo voy mamá! Y dice la madre: -¡ no Garbancito que eres muy chico y te pueden pisar! Y dice Garbancito: - no mamá, yo voy cantando ¡tachín, tachán, tachón cuidadito con lo que hacéis, a Garbancito no piséis! Y llegó a la tienda y llamó pon, pon ,pon. El tendero miraba por todas partes y no veía a nadie . Hasta que por fin miró hacia abajo y vio a Garbancito. - ¿Qué quieres? – Le dijo. Y Garbancito respondió: - ¡Veinte céntimos de azafrán!
De vuelta a casa Garbancito cantaba otra vez la misma canción. Al llegar su madre dijo de llevarle la comida a papá y Garbancito le dice. - ¡mamá yo voy! –¡ No que eres muy chico y te puedes perder! –le dijo la madre. Y Garbancito le respondió : - ¡No mamá, seguiré el camino y no me perderé! Su madre le dio el canasto de la comida y Garbancito se fue a llevarle la comida a su papá.
De pronto empezó a llover y Garbancito se refugió de la lluvia debajo de una lechuga que había en un huerto al lado del camino. Pasaban unas vacas de recogida hacia el pueblo y una vaca vio la lechuga donde estaba Garbancito y dice: - ¡Qué lechuga tan buena! ¡ Me la comeré! Y de un solo bocado se la comió.
Llegó la noche y el padre de Garbancito volvió a casa. Su mujer le preguntó por Garbancito y éste le respondió que no lo había visto en todo el día. Los dos muy preocupados fueron a buscar a Garbancito. Por todos los sitios decían : - ¡Garbancito! , ¿dónde estás? y Garbancito decía: - ¡ En la barriga del buey que se mueve donde ni se moja ni llueve! Pero los padres no se enteraban y seguían gritando lo mismo una y otra vez hasta que por fin escucharon la voz de Garbancito que venía de la barriga del buey y dice la madre : - le daremos mucha comida que la vaca explotó y Garbancito salió.
Lo bañaron y lo vistieron y el cuento de pan y pimiento y rábano asado y hasta aquí ha llegado.
Fin.
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